Las actividades o celebraciones inspiradas en la tradición Celta buscan conectar con la Naturaleza a través de rituales, meditaciones, trabajo corporal y talleres varios, alineándose con los ciclos del año. Consiste en 8 Celebraciones o Festividades conocidas como SABBATS que marcan los solsticios, equinocios y los puntos intermedios. Su representación suele hacerse en forma de círculo conocido como la Rueda Celta o la Rueda del Año.
HISTORIA
Antes de adentrarnos en su “Simbología” conozcamos un poco más sobre su historia. En realidad, la Rueda del Año, tal y como la conocemos hoy es una reconstrucción moderna basada en tradiciones celtas, nórdica y otras prácticas paganas de Europa que se popularizaron en el S.XX gracias a los movimientos neopaganos (Wicca) y el druidismo moderno. Algunos historiadores (Ronald Hutton o Miranda Green) han aportado una visión crítica sobre su autenticidad ya que las culturas celtas (S. V a.C. – V d.C.) no dejaron registros escritos propios y lo que sabemos de ellas es a través de fuentes romanas, cristinas y folclore posterior. Basándonos en textos medievales de Irlanda, procedentes de monjes cristianos entre los S.VI y XII d.C., sabemos que cuatro de las celebraciones (Samhain, Imbolc, Beltane, Lughnasadh) tienen claras raíces celtas y que los monjes utilizaron y adaptaron como festividades cristianas. Las otras cuatros proceden de tradiciones germánicas o bien han sido inventadas por el neopaganismo como el caso de Mabon, término acuñado en 1970 por Aidan Kelly.
Parece ser que la Rueda del Año tal y como la conocemos hoy fue una “creación” de Gerald Gardner, fundador de la Wicca y Ross Nichols, líder druídico, combinando elementos celtas, germánicos y otros.
Además, sabemos que el pueblo Celta era muy heterogéneo y extenso por lo que los historiadores sospechan que las tradiciones y celebraciones variaban de un lugar a otro. Es decir, no había un calendario “estandarizado”. Se sabe que la mayoría de las celebraciones incluían alguna forma de ritual a través de hogueras, danzas, meditaciones, comidas, etc. pero no podemos obviar que también había sacrificios y aspectos menos “eco-céntricos” que no nos apetece experimentar hoy en día.
Dicho todo esto, podríamos caer en la tentación de decir, “pues si es un invento moderno, no me interesa, ya que yo honro la tradición”. Creo que esto sería un error. Al fin y al cabo, todo lo que hacemos debe estar adaptado a nuestra vida moderna. Nuestro Yoga no es el Yoga ascético de hace 2000 años en el Himalaya. Así que pongamos una gota de sentido común a todo esto.
BENEFICIOS DE LA RUEDA CELTA
¿En qué me puede ayudar conocer y aplicar la Rueda del Año?
Te invito a interpretar este círculo no como una representación histórica de las festividades paganas, sino como un marco poderoso que nos permite recordar y reconectarnos con la ciclicidad estacional así como fomentar la conexión comunitaria. Cada una de los 8 momentos de transición (que duran varios días) nos permite pausar y dedicar tiempo a observar lo que sentimos en este momento del año y adaptarnos a los cambios. Es decir, las Celebraciones Celtas nos permiten:
- Sentirnos parte de una comunidad. Cada Celebración puede hacerse de manera individual en casa pero también son oportunidades estupendas para reunir a la “tribu” fortaleciendo los lazos y cohesión social y creando experiencias compartidas. Hoy en día este aspecto es muy importante ya que muchas personas sienten la “losa” de la soledad. Un estudio de la Universidad de Harvard destaca la importancia clave para el bienestar de la sensación de “pertenencia” a un colectivo.
- Ciclos Naturales. Vivir en una gran ciudad te hace sentir que eres un ser “mecanizado” con todos los días iguales. Somos Naturaleza por lo que cuando el año cambia, nosotros cambiamos. Con la Rueda del Año ganamos Sensibilidad y Conciencia Ambiental ya que cada Festividad representa un momento de transición que nos ayuda a conectar con los cambios internos que vivimos. De este modo, mejoramos el autocuidado y autoconocimiento a la vez que fortalecemos el vínculo natural y medioambiental.
- Flexibilidad práctica. La parte buena de no seguir las tradiciones a pies juntillas es que tienes cierta versatilidad en tu modo de actuar. La Rueda del Año puede adaptarse a diferentes contextos culturales y espirituales eliminando dogmatismo y rituales “cerrados”. Podemos incorporar desde simples gestos como encender una vela a rituales más complejos. Lo principal, es tener claro el significado simbólico del momento de transición que vamos a honrar.
- Bienestar psico-espiritual. Existe algo atávico en la celebración de momentos especiales del año. Es un momento para hacer un descanso en nuestra vida y reflexionar sobre temas universales (vida, muerte, renovación, desapego, gratitud, etc.), explorar nuestros sentimientos y emociones, aclarar y re-enfocar nuestra mente y encontrar significado a nuestra vida. Además, se sabe que la realización de rituales en grupo favorece la atención relajada un estado que favorece mucho nuestra regeneración y el descanso.

- Samhain (31 de octubre): Marca el inicio del año celta, un tiempo para honrar a los ancestros y reflexionar sobre la muerte y la renovación. Se considera un momento en que el velo entre el mundo físico y espiritual es más delgado.
- Yule (~21 de diciembre): Celebra el renacimiento del sol tras la noche más larga del año, simbolizando la esperanza y la luz que regresa.
- Imbolc (1-2 de febrero): Asociado con la purificación y los primeros signos de la primavera, honra el despertar de la tierra y la fertilidad.
- Ostara (~21 de marzo): Representa el equilibrio entre el día y la noche, celebrando la renovación, el crecimiento y la fertilidad.
- Beltane (30 de abril-1 de mayo): Fiesta de la fertilidad, la pasión y la unión, marcando el apogeo de la primavera y el inicio del verano.
- Litha (~21 de junio): Celebra el día más largo del año, la abundancia y el poder del sol en su punto álgido.
- Lughnasadh o Lammas (1-2 de agosto): Honra la primera cosecha, la gratitud por la abundancia y el sacrificio de los frutos de la tierra.
- Mabon (~21 de septiembre): Marca el equilibrio y la preparación para el invierno, celebrando la segunda cosecha y la gratitud.
CELEBRACIÓN MABON



CELEBRACIÓN SAMHAIN






CELEBRACIÓN IMBOLC









CELEBRACIÓN OSTARA









CELEBRACIÓN BELTANE









CELEBRACIÓN LITHA






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